un pie en el pedal y el otro en el cordón.
espero en Nazca y Rivadavia a que se levante la barrera
como ese día que me esperabas vos
ahí en la esquina de las luces
con los auriculares puestos
con el pelo bien cortado en la peluquería
espero que de repente aparezcas
y juguemos una carrera hasta el sillón de mi comedor
y paremos el mundo
que en él quedemos sólo nosotros

solamente nosotros.

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