se inunda mi vida de lluvia y de natalio diciéndome que mire para arriba, que empiezan a caer las gotas. que nos estamos mojando las caras y eso es hermoso. sembrar sin darme cuenta. cosechar cuando creo que todo se me empieza a escapar de los dedos, y entonces eso es solamente una sensación. que la lluvia nos moje. que se inunde mi vida de todos ustedes. que sigan siendo mi salvavidas, los nombres que me sostienen en las tormentas más fuertes. que no dejemos nunca de abrir los ojos, ni de avanzar como una embarcación infinita. que siempre pueda agradecerles por acercarme cada vez más a un puerto lleno de luz.
vuelvo a creer que amar te hace más linda.

es duro sincronizar la moralidad con las ganas de mandar todo al carajo

chocarme la cabeza contra las paredes y que las chispas arruinen todo aquello que vengo construyendo a base de mucho esfuerzo y dedicación, un segundo en el que echo a perder largos meses de solidez emocional. y aún así les pido que no me tachen de la lista de esperanzados, estar a veces un poco triste o enojado es también una forma de sentirse en la vida, y el buen tiempo todavía no llega, pero cuando eso sea voy a abrir las ventanas para que no deje de entrar la luz.
ya estaba rompiéndose antes de que lo notáramos. se me volaban las buenas ideas y vos lo sabías. olían mal tus pies, olían mal tus cajones, te estabas pudriendo y yo no podía hacer nada. traías gritos desesperados. todavía te escucho llorar. apoyé tu mano en el lugar que me dolía y así nos dormimos. después no hubo más remedio. caminar por la misma calle persiguiendo tu sombra. ahí se terminó el buen relato. ya estábamos muertos antes de despertarnos, mi amor. ya estaba pidiéndote que me saques de acá.
ya casi no necesito comer, tengo flores en lugar de órganos. me entretengo buscando formas en éstas manchas semejantes a los tuyos o a las bestias que viven en ellos. venía yo en una ola enorme que terminó hundiendome por completo, no es que lo haya merecido, pero pffffff... ya no se trata de lo que cada uno se merece, ni de arrancarnos los ojos cuando no nos entendemos. dividirnos y sumar nuestros restos. el resultado es un misterio. restarle las horas de odio y multiplicar los ratos de tranquilidad, agregarle muchos ceros a tu cara cuando dormís. venderme tu sonrisa. comprármela al peor precio posible. los problemas cotidianos se me meten en el café, se disuelven y entran escondidos en el buen sabor. otra vez la ola cayéndome encima. y, aún así, no te cambiaría por nada.
interrumpo la lectura. me pongo el dedo indice sobre la nariz y empiezo a moverlo para que haga el sonido que sólo a mi me causa gracia. un buen viaje. el sabor del polvo y la paciencia: mis virtudes siempre fueron un pozo oscuro al que me empujo sola. las seis puertas de tu casa. nos pisoteamos hasta el último domingo. tu cama siempre estaba fría, como si nadie durmiera ahí, como si estuvieras muerto o fueras un reptil.


no sé cuántos millones de grados centígrados hacían en realidad. sólo me acuerdo que eramos casi unas nenas y queríamos una fiesta en la pileta.  

entonces te imagino lavándote la boca. me arde la falta de valor, y me refiero al coraje de entrar con vos al baño cuando estás tan triste, y sostenerte el pelo. me asusta eso que los abrazos transmiten. que seas como de mi cuerpo durante el tiempo que permancemos agarrados casi cayendonos. que mis ganas de salvarte la vida sean un complejo juego de viernes por la noche, y que mis pulgares y hombros sean el único armamento para ganarlo. entonces te imagino todo de sal, lavándote la boca después de estar tan triste y solo encerrado en un baño. pero qué soy yo sin tus borracheras. soy una despreciable porción de inocencia, un brillo en los ojos, una vigilia, un pensar en vos, pensar en los ríos, creer que alguna vez nosotros también podríamos nadarlos.
mejor bailo sola. porque sola bailo mejor-
me diste el equipaje más pesado, y así no puedo correr.
construirlo, disfrutarlo, destrozarlo y dejarlo pudrir. eso es cruel.
más cruel que comerse un gatito bebé.
una chica que encuentra tesoros y se los guarda dentro de la nariz. mirá la fiesta un rato desde afuera, qué tarados te parecen todos. los fuegos artificiales de tus ojos.  vayámonos en un taxi, porque hoy tengo ganas de gastar mucha plata y de mostrarte que entre flores y floresta hay una gran diferencia.
vas armándote en el aire, flotando despacito. vas dándole forma a tu pecho con las tiras suaves, todas de color gris. tu cara de moneda brillante resplandece entre la multitud. vas moviéndote sin tocar nada. lo raro de ser transparente y gris al mismo tiempo es reconocernos muy poco puros y que no importe, que sigamos viéndonos con el mismo entusiasmo con el que vemos a ese caballo comer pasto en la entrada del castillo.-
sangre dulce en el espejo, copo de nieve, un bosque. ésta manía de esconder las manos o acariciarte desde los nudillos hasta los bolsillos, desde los bolsillos hasta los tobillos y mirarte hasta enloquecerme, hasta quedarme ciega del todo, hasta que me explote alguna arteria y el piso se llene de cristales.