vas armándote en el aire, flotando despacito. vas dándole forma a tu pecho con las tiras suaves, todas de color gris. tu cara de moneda brillante resplandece entre la multitud. vas moviéndote sin tocar nada. lo raro de ser transparente y gris al mismo tiempo es reconocernos muy poco puros y que no importe, que sigamos viéndonos con el mismo entusiasmo con el que vemos a ese caballo comer pasto en la entrada del castillo.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario