íbamos caminando por una calle del fin del mundo
ví una bandejita con comida
le dije:
acá hay un gato
después se escuchó un ladrido 
me dijo:
ahí hay un perro

estaban pero no estaban
los animales del fin del mundo
yo pensé:
qué loca que estoy

nos sentamos a estar y no estar
en la puerta de una casa del fin del mundo
después nos abrazamos en el frío
y nos besamos tanto que hizo calor
y el mundo no terminó