mojándose en el medio de la lluvia
me acuerdo entonces de la cara de dios
abriendo todas las puertas
haciéndose presente en la tormenta
mojando con fuerza el colectivo
que me llevó una noche a tu casa
pero no a dormir con vos
ese mismo colectivo rojo como mi corazón
inflado
por la reciprocidad de nuestro amor
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