Le pido al tiempo que siga mostrandome todos los caminos, que me de la oportunidad de seguir eligiendo los correctos. Que el perfume de mi mamá me siga abrigando el cuello todos los días, que mis charlas con ella sigan siendo las más ciertas y sinceras, que sigan calmandome.
Le digo al tiempo que cambié todo, que me dé y me quite, pero que mis eternos amores, mis amigos, mis hermanos, sigan agarrandome fuertemente las manos, que no me suelten.
Le agradezco al tiempo las enseñanzas, el suelo firme en el que me muevo, en el que construyo también los sueños.
Y si los besos, y las siestas cambian de circunstancia, que el tiempo hable.
Seguiré respirando de la esperanza, del timbre del recreo, de los recuerdos.
De todo me vacio y con todo me quedo.

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